La mujer padecía una angustiosa vida porque su esposo la encerraba, la golpeaba salvajemente y la amenazaba de muerte con armas para que no lo abandonara. A pesar del maltrato, nunca lo denunció; sin embargo, un hermano decidió denunciar a su cuñado ante la URI La Granja, localidad de Engativá.
“Siempre fue una persona celosa, posesiva y dominante. Tenía que hacer lo que él dijera e irme a donde él quisiera. Me tenía prohibido salir con otras personas. No podía tener amigas, ni salir a la tienda. No podía hablar con mi familia y mantenía encerrada. No me daba plata para que no fuera de la casa” relató la mujer.
Y agregó que cuando se mudaron a vivir a Bogotá la situación empeoro de manera más agrevisa:
“Todo se volvió más fuerte porque me amenazaba de muerte delante de mis hijos y también a mi familia. Me extorsionaba carnalmente y me decía que, si él pagaba el arriendo, yo tenía que pagarle con /*/**/. Decía que de alguna forma tenía que retribuirle lo que él aportaba a la casa”.
Y añadió:
“Él me puso un cuchillo y me arrodilló en el piso, el niño mayor intentó defenderme y él le tiró el cuchillo y lo alcanzó a cortar”, afirma la afectada.
Finalmente, la mujer dijo:
“No denunciaba por miedo y porque yo era muy dependiente de esa persona. Desde el colegio hasta hoy solo he tenido que criar hijos porque él no me dejaba hacer nada. No me sentía capaz de salir adelante sola con mis niños, y menos con el diagnostico que tengo por un tumor en la cabeza que me está dejando ciega. Él me decía que si lo dejaba me mataba”.