Con lágrimas y sonrisas, Jacqueline explica cómo inició a trabajar en un montallantas

Por: Robert Atis Bernal

Con lágrimas y sonrisas, Jacqueline explica cómo inició a trabajar en un montallantas. NARINO.INFO dialogó con una mujer que a sus 17 años emprendió sus labores en el montallantas conocido como Reparación de llantas Automundial, ubicado en la Avenida Las Américas de Pasto.

La joven, desde muy pequeña acompañaba a su padre a trabajar en el montallantas. Su progenitor dice que su hija aprendió de forma fácil y rápida, demostrando hasta hoy esa valentía y fuerza. Se trata de Jacqueline Genoy quien decidió trabajar en vez de estudiar.

Entre lágrimas, Jacqueline, dijo: “mis hijas son las que me hacen alegrar la vida, hago todo lo posible para que ellas salgan adelante, no me arrepiento ni me avergüenzo de mi profesión sino que lo demuestro con orgullo, porque es un trabajo normal y corriente que como seres humanos lo podemos realizar”.

Cuenta que lo difícil al inicio fue la falta de fuerza, y tuvo que buscar ayuda, pero a lo largo de los años, ha obtenido valor, hoy nadie la detiene porque hace su trabajo con normalidad.

“Tengo 35 años y vivo de esta labor, pero en Pasto es la ciudad en donde existe el machismo, descalifican a la mujer diciendo que no se puede hacer las labores del hombre, todos somos iguales, y nosotros hasta tenemos más paciencia”, explicó Jacqueline.

Agregó que los 18 años de experiencia han sido de mucho esfuerzo. Sonriendo aseguró que no le avergüenza su labor, “no me gustó estudiar y empecé a acompañarlo a mi padre en el montallantas, y de él aprendí”.

“Es un oficio muy bueno, por medio de mi trabajo tengo mi casa y estoy sacando adelante a mis hijas, porque soy madre soltera, el padre de las niñas lo asesinaron hace 7 años, desde entonces me ha tocado hacer de padre y madre”, aseguró.

Jacqueline Genoy repara una llanta de moto en 20 minutos y de un carro en 30.
Jacqueline Genoy repara una llanta de moto en 20 minutos y de un carro en 30.

 Clientes sorprendidos

Según Jacqueline Genoy, hay personas que discriminan las labores que hace una mujer porque siempre preguntan por el maestro, pero se sorprender al ver que es una mujer la que atiende y realiza los trabajos dentro del montallantas: “los que llegan, por primera vez, a mi taller  y que siempre han sido atendidos por un hombre, al verme que hago todo el trabajo, ya sea en un vehículo o moto, quedan anonadados y mientras reparo las llantas me hacen una serie de preguntas”.

Mientras se pone su overol manifiesta que las mujeres también son capases de desempeñar el trabajo, haciéndolo hasta mejor que los hombres.  Jacqueline dice que todo empleo, al inicio no es nada fácil pero se tiene que acoplar, afirma que el rechazo o el machismo nace cuando alguien le dice: ‘usted no puede’.

Su padre le brinda todo el apoyo

Ángel Carlosama es el padre de Jacqueline y manifiestó que es la última hija de seis hermanos, los cuales son profesionales: «ella escogió trabajar». Agrega que en Pasto hay muchas mujeres y hombres que no les gusta estudiar sino trabajar.

“Ella no le gustó seguir estudiando, pese a que terminó su bachillerato, pero es una buena mujer entradora y que le gusta luchar, es por ello que le he dado todo el respaldo, cabe resaltar que desde niña siempre estuvo acompañándome en mi taller, hoy ella es quien lo atiende”, dijo Carlosama.

El padre arreglando unas herramientas, con una voz fuerte, aseguró que muchos de los conductores se sorprenden cuando ven a Jacqueline con las llaves en sus manos para desbancar las llantas de carros o motos, “es bien practica y rápida, en una moto ocupa solo 20 minutos y en un vehículo los 30 o 40 minutos”.

Hace trabajos a domicilio

Jacqueline Ganoy
Jacqueline Ganoy

Ángel, su padre, nos contó que su hija hace trabajo a domicilio: «son muchos los clientes que la llaman, su trabajo es rápido y garantizado».

La mujer de 35 años explica que en varias oportunidades las familias que llaman a pedir la mano de obra de un mecánico, quedan sorprendidas, porque ven a una mujer. “Mi trabajo a domicilio es llegar a desmontar la llanta, traerla a repararla y luego llevarla, ya estoy acostumbrada a esa labor, pero todo es en bien de mi familia”, señala.

Otras labores

En la ciudad de Pasto y en otras del país hay mujeres que hacen trabajos de hombres, por ejemplo unas se desempeñan como maestras de construcción, bodegueras, camioneras, coteras, mecánicas, montallantas, en minas de arena, agricultura, entre otras.

Jacqueline dijo que ya no va para otro lado, que se queda en donde está laborando junto a su padre, puesto que es independiente y nadie la manda. “Son 40 mil diarios y con eso sostengo mi hogar”.

Sus hijas

Jacqueline es madre soltera y sus hijas son orgullosas de tener una mamá valiente, porque a ellas no les avergüenza decir o explicar quién es su progenitora.

Al hablar de sus hijas, Jacqueline, suelta sus lagrimas pero no de tristeza sino de alegría por tener trabajo, a sus padres, hermanos y a sus dos hijas que son sus amigas confidentes. Explica que en ellas perdura el respeto y valoran su trabajo.

La joven asegura que toda mujer no debe sentirse avergonzada de las obras o trabajos que le toca hacer, deberían sentirse orgullosas de poder hacer otras cosas nuevas, demostrando al hombre que si se puede.

El apoyo de padres

“Mi padre fue una de las personas que me apoyo, quien desde un inicio cuando termine el bachillerato, le manifesté que no quería estudiar sino trabajar, y entonces comencé a laborar en el taller de mi papá”, explicó Jacqueline Genoy.

Manifestó que su padre le ha brindado todo el apoyo, desde el inicio de cuando tenía los 17 años, “trabajos juntos no más que lo abandono por momentos, pero eso se debe cuando salgo hacer los domicilios”.

Así mismo, dijo que sus hermanos siempre la han apoyado, porque nunca le han dado la espalda sino las fuerzas para seguir adelante en su profesión, “lo importante es sacar adelante a mis hijas”.

Su distracción: el Villar

Jacqueline Genoy ocupa su tiempo libre en sus hijas, pero también deja espacios para jugar villar; son las dos cosas en la que se distrae después de una larga semana de trabajo.

“Es un juego normal. No sé porque se admiran tanto cuando uno entra a un villar; esa es mi distracción”, señala Genoy.

Hablando de los momentos libres, se ve esa sonrisa en Jacqueline y con una voz clara explica que siempre son los sábados los que asiste con sus colegas, amigos y vecinos a distraerse, “cuando entro al villar que no está lejos de mi casa y trabajo, son varios los hombres que me queda mirando de pies a cabeza, pero me gusta el juego como a cualquier mujer o hombre les gusta distraerse en sus momentos libres”.