Iván Petro y Gustavo Duque

Por Carlos Arturo Calderón Muñoz  / Montaje fotográfico por Alejandro Ospina

Las altas castas comprenden a la perfección el concepto de Divide et Impera. Para controlar un pueblo es necesario crear caos y comprar propiedades mientras la sangre está en las calles; mucho mejor si se puede financiar a todos los bandos de la contienda.  La familia Rothschild, los banqueros más poderosos del mundo en el siglo XIX y de los más influyentes hoy, pagaron a Karl Marx para que desarrollara sus tesis filosóficas, los Rockefeller tuvieron gigantescas participaciones en la explotación del petróleo soviético desde Stalin y en Colombia sus asociados han comprado las campañas de todo el espectro político.

Parece contradictorio que el capitalismo financie a la supuesta antítesis comunista. Sin embargo, somos una especie jerárquica; instintivamente queremos posiciones de superioridad, los ciclos de cambio provocados por una fuerza nueva desplazando a la antigua son permanentes. Es mejor fluir con este proceso natural que oponérsele.  La masa deseosa de cambio puede ser utilizada para derribar al enemigo y después entregarle líderes que hagan transformaciones cosméticas.

En los 90 la familia Gilinski se hizo con el Banco de Colombia y luego, junto al Sindicato Antioqueño, lo fusionó con el Banco Industrial de Colombia. En esta unión bancaria las partes se engañaron mutuamente lo que armó un zafarrancho que los enfrentó por años. En medio de la disputa el abogado Alex Vernot buscó un parlamentario que le permitiera influenciar la balanza política a favor de Jaime Gilinski y su familia ¿El elegido? el representante a la cámara Gustavo Francisco Petro Urrego, quien en 2001 citó a debate a Patricia Correa, María Chiape y Jorge Londoño, para entonces Superintendente Bancaria, exsuperintendente y expresidente del BIC respectivamente, para que declararan acerca de las maniobras de los antioqueños.  Vernot asegura que Petro aceptó ayudarles con una condición, si encontraba algo oscuro en el pasado de Gilinski también cargaría contra él.

Para realizar esa maniobra financiera Gilinski buscó apoyo en medio mundo, incluyendo a su amigo George Soros y a la familia Rothschild, a través del ING, el Barclays Bank y otros. La familia Rothschild es mundialmente conocida por sus practicas mafiosas (por usar terminología petriana) desde el siglo XVIII. Han hostigado guerras en todo el globo para financiar a ambos bandos, siendo su jugada más famosa la de capitalizar tanto a Napoleón Bonaparte como a sus rivales ingleses.

Promovieron la desestabilización de múltiples puntos en Asia para hacerse del control del petróleo con la Anglo Persian (hoy BP), costearon exterminios de bóers y negros en Sudáfrica para quedarse con el mercado de diamantes, impulsaron las guerras del opio contra los chinos para mantener el negocio de los narcóticos, financiaron a los grupos terroristas que presionaron a los ingleses para crear el actual estado de Israel y por extensión el lento genocidio de los palestinos… La lista es grande, pero con eso nos hacemos a una idea.

Por su parte George Soros es un experto en arruinar economías en frenesís especulativos. Es famoso por haber destrozado la libra esterlina en 1992, exacerbando la crisis inglesa. Hizo parte del grupo de especuladores que llevaron al caos a Malasia y Tailandia. Sus operaciones destruyeron el 45% del valor del ringgit malayo e hicieron colapsar la construcción tailandesa, dejando millones de desempleados nativos y otros 600.000 de países vecinos. Como pasatiempos menores se han detectado sus conexiones con el grupo terrorista musulmán Al-Gama’a al- Islamiya y de varios de sus hombres de confianza con redes de trafico de personas (eufemismo para esclavitud).

Estos financistas necesitaban sacarse de en medio a los poderes locales y a través de su amigo y socio Gilinski impulsaron los debates de Petro para mermarlos.  Las oscuras practicas de los ya mencionados han sido reconocidas desde hace siglos por importantes figuras de la política mundial como Andrew Jackson, Otto Von Bismarck, David Lloyd George, Mahathir Mohamad o Viktor Orban. Creo que Petro no tenía muchas ganas de investigar a Gilinski, si lo hizo no fue tan beligerante como en los casos del paramilitarismo y esto tiene una explicación. Él se vende como un antisistema, pero al igual que su némesis paisa está al servicio de la élite.

La campaña presidencial de Petro de 2010 tuvo como mayor donante al Grupo Santo Domingo, lo cual es normal, don Julio Mario financiaba las campañas de conservadores y liberales, sin importar quien ganara sus intereses quedaban cubiertos.  Al año siguiente, en su campaña por la alcaldía, Petro tuvo donaciones de Almacenes Éxito, Davivienda, Seguros Bolívar, Colpatria, Interbolsa, Valorem y Bancolombia.

Por supuesto la familia Gilinski ha aceitado su maquinaria con donaciones y préstamos a través de Sudameris y el abogado Vernont ha sido su consejero y enlace con la alta finanza internacional hasta hoy.  ¿Recuerdan ese artículo de 2014 publicado en el Huffington Post que Petro usó para decir que era el sexto mejor alcalde del mundo?  Pues en aquella época ese medio le pertenecía a AOL y un gran inversionista era el Soros Fund Management, que resulta ser propiedad de George Soros. Además, Ariana Huffington, cofundadora del medio digital, está en la lista de beneficiarios de dineros de Soros.  ¡Qué buena prensa tiene Petro para ser un marginal! ¿Pasará igual con lo de Rolling Stone?

Y ya que hablamos de buena prensa hay que decir que el Banco Interamericano de Desarrollo ha recibido mucha de esta desde sus inicios por allá en los años 50. Este es un organismo financiero con sede en Washington que tiene como objetivo el fomentar el desarrollo económico, social e institucional para acabar con la pobreza en la mal llamada América Latina.

El Banco está compuesto por 48 países miembros que se dividen en 2 grupos, los que prestan plata y los que la reciben, los primeros corresponden a la Norteamérica anglosajona, 16 países de Europa, China, Japón, Corea del Sur e Israel; los segundos somos los que vivimos en la américa hispana, lusa, holandesa y francófona.  Las naciones que prestan el dinero tienen la exclusividad de proveer bienes y servicios relacionados con los proyectos a los que destinan los recursos. Es decir, te prestan la plata con la condición de que sólo puedas comprarles a ellos lo que necesites para resolver tu problema. Se ve legítimo.

Este organismo promueve los derechos de todas las minorías a la vez que fomenta los intereses de grandes multinacionales con dudosa ética, esto significa que dependiendo de que necesiten hacer usan una u otra carta.  Por un lado reivindican los derechos de los indígenas y las causas ambientalistas para impedir el desarrollo de Brasil y por el otro, con el argumento del libre mercado, colapsan la economía de la hermana Argentina para tomar control de sus recursos, causando así sufrimiento innecesario a los ciudadanos, incluyendo los indios, y facilitando la captura de la Patagonia por parte de mega ricos extranjeros.

Para realizar estas maniobras necesitan sistemas complejos que parezcan humanitarios pero que tengan fallas estructurales que puedan ser explotadas. En Colombia el BID apoyó la ley 100 de 1993, creada para reformar el sistema de salud en la época del expresidente Cesar Gaviria y promovida por el ahora senador Álvaro Uribe Vélez. Por más de 20 años el BID ha financiado la transformación de la salud colombiana para que se consolide como un negocio. Lo anterior a través de los préstamos de inversión 817/OC-CO, 910/OC-CO, 1480/OC-CO, 716/OC-CO, 1525/OC-CO, 1742/OC-CO, ATN/JF-9876-CO, 1381/OC-CO y 1642/OC-CO. La idea se vendió como un sistema para mejorar la calidad de vida de las poblaciones más necesitadas (Como el marxismo) pero a propósito ignoró las condiciones de la naturaleza humana (Como Marx).

Con esta ley se expandió la cobertura a la gran mayoría de la población, lo cual es bueno, pero a la vez se adjudicaron recursos a múltiples entidades sin ningún tipo de control central, se le delegó esa pieza clave del sistema a la autorregulación arbitraria que quisieran hacer los municipios, EPS, IPS y profesionales del sector.  Como era de esperarse, esta ventana dio paso a una gigantesca rapiña por el presupuesto de salud, desde gigantescos laboratorios farmacéuticos como Roche, Bayer y Pfizer utilizando los canales diplomáticos del gobierno estadounidense para forzarnos a consumir sus medicamentos sobrevalorados, hasta avivatos cobrando por el puesto de una fila para entrar a la EPS a las 3 de la mañana.  Como todo lo que financia el BID, este fue un caos controlado para beneficiar a unos pocos. Los ciudadanos comunes de los países primermundistas no obtienen réditos de estos atracos y realmente creen que nos están ayudando. En general también son víctimas de esquemas similares, como los pensionistas de Grecia, Italia, Portugal y España arrollados por el Banco Central Europeo.

¿Y todo esto qué?  Pues Iván Duque está contagiado hasta la médula de estas prácticas porque desde 2001 hasta 2013 hizo parte del BID, gestionando préstamos por más de 8500 millones de dólares para Colombia y otros 4000 millones para los hermanos de Ecuador y Perú.  Duque hace parte de esa élite y no se va a mover más allá de lo que los intereses de sus amigos le permitan.  Podrían decir que Duque no tiene culpa de los daños causados por la élite local con recursos del BID. Sin embargo, está en la nómina de la alta finanza y reconoce su admiración por George Soros, ¡sí! el mismo amigo de Gilinski sospechosamente cercano en intereses a Petro.  Él cree en el modelo de “sociedad abierta” de Soros, en el que se habla de la libre expresión a la vez que se utiliza la fuerza para callar a los opositores o desestabilizar cualquier país que no coopere, como Hungría.

Las relaciones de Duque con Odebrecht, el BID, Soros, otros agentes internacionalistas, la bendición de los Santo Domingo y el apoyo de un expresidente con casi 300 investigaciones por detallitos como masacres y paramilitarismo nos dan un claro indicativo de que él será una continuación del desguace nacional. El hecho de que en su alcaldía el señor Petro les haya pagado a los delincuentes para que no robaran, incrementara la precariedad laboral contratando miles de personas por prestación de servicios, haya adjudicado jugosos contratos a varios de los que le donaron a su campaña y demás perlas son otro claro indicativo de que él, al igual que Tsipras en Grecia, sería la misma élite con una careta distinta.

Debo decir que Duque y Petro son hombres sumamente inteligentes y tienen una gran preparación. No los conozco personalmente así que ni idea de su condición humana, pero ambos están comprometidos con poderes más fuertes que los de nuestra nación y las cosas que puedan hacer, para mal o para bien, serán guiadas por gente a la que nosotros no elegimos.  Cualquiera de los dos que gane, si no es que gana otro, va a tener que someterse a los designios de un conglomerado financiero del cual hace parte.

Compatriotas, por favor dejen de agredirse entre ustedes, no se digan mamertos ni uribestias, desistan de insultar a los demás porque tienen una opción política diferente a la suya. Eso es precisamente lo que fomentan estos grandes poderes al financiar a todos los bandos, hacer que los ciudadanos comunes se peleen.   No odien a estos políticos, tampoco a los banqueros que los mandan; para ser sinceros, si estuviéramos en la misma posición que un Rothschild lo más probable es que actuaríamos igual.  No hay soluciones mágicas, tenemos que cambiar nosotros mismos, trabajar, elegir mejor a nuestros representantes y mantenernos unidos en una realidad que cada vez más aboga por la fragmentación de las naciones en beneficio de una sola potencia global.